• Libélula de tamaño mediano a grande, identificable por los reflejos metálicos de tonos verdosos o dorados que ostenta en tórax y abdomen, más oscurecidos en este último.

• Ojos azul turquesa o verdosos, dependiendo de la incidencia de la luz, que se llegan a tocar. Tórax verde metalizado intenso. Abdomen también con brillo verde metálico, pero más oscuro, grueso. En el macho los últimos segmentos adoptan forma de maza, mientras que en la hembra resulta más uniforme. En vista dorsal, los segmentos del abdomen presentan manchas amarillo pálido aunque ausentes o apenas perceptibles en los penúltimos segmentos (S8 y S9), volviendo a aparecer en el último (S10), que en el macho presenta una ligera elevación o cresta que queda marcada de amarillo. Las alas presentan una tonalidad amarillenta en sus venas más cercanas al borde anterior, manchas azafranadas en los puntos de inserción al tórax (más patentes en las hembras) y pterostigmas negruzcos. Las patas son oscuras en toda su longitud.
  

• Especie indicadora de buena salud de los ecosistemas fluviales en los que habita, de aguas limpias y bosque de ribera en buen estado de conservación.
  

• Aunque durante un tiempo se ha considerado una especie muy rara en la Serranía y en la provincia, cada vez más hay citas de su presencia en ríos y arroyos de nuestra comarca, sobre todo en tramos de los ríos Guadiaro y Genal. Es una especie considerada en peligro de extinción a nivel andaluz, y vulnerable a nivel nacional.
  

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