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Uno de los caballitos del diablo más difíciles de ver por su comportamiento huidizo y por sus hábito y colorido críptico. Aunque, una vez visto, no es complicado identificarlo por posarse con las cuatro alas muy pegadas al cuerpo y por sus pterostigmas que no se solapan.
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El único caballito del diablo de Europa que hiberna. Pasa el invierno refugiado entre la vegetación y es en la primavera siguiente, ya alcanzada la plena madurez, cuando busca pareja para la cópula.
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Prefiere aguas estancadas, charcas..., camuflándose en la vegetación de alrededor.
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No obstante, y a pesar de que lo comentado antes son sus preferencias, la hemos encontrado en otros lugares bien alejados de masas de agua, como la hembra de la portada, en pleno agosto en el pinsapar. No hay que olvidar que esta especie hiberna, por lo que es muy probable que se tratara de una hembra joven que irá a pasar el otoño e invierno refugiada en pleno bosque, para en primavera descender y reproducirse.
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