Líquenes de la Serranía de
Ronda.
Formas biologicas: otras
estructuras vegetativas.
Otras estructuras vegetativas.
En ciertas especies liquénicas se presentan ciertas estructuras
vegetativas (esto es, no ligadas a la multiplicación vegetativa o a la
reproducción sexual) que, aparte de resultar llamativas, suelen ser
características de cada especie.
Siguiendo a E.
Barreno y S. Pérez-Ortega,
podemos distinguir órganos apendiculares como ricinas, cilios, disco
basal o fibrillas, y estructuras más específicas como cifelas,
pseudocifelas, máculas o cefalodios.
Rizinas.
La mayoría de los talos foliáceos tienen en su cara inferior
estas estructuras que pueden recordar a raicillas de las que se valen
únicamente para fijarse al sustrato. Pueden ser sencillas o bien tener
un aspecto que recuerda a un limpiatubos o a un pincel.
Cilios.
Son largos apéndices pilosos en el extremo de los lóbulos o en
las lacinias, característicos de ciertas especies fruticulosas o
foliáceas
Pelos.
Algunos líquenes tienen pelos transparentes en su cara superior
que son auténticos reflectores de la luz, consiguiendo así una mejor
hidratación.
Pseudocifelas.
Son interrupciones del córtex , por lo tanto poros, que facilitan
el intercambio gaseoso con el exterior de las hifas de la capa algal, y
de la médula; pueden aparecer en las dos caras del talo.
Cefalodios.
A veces hay talos liquénicos en los que el hongo es capaz de
admitir un nuevo socio, casi siempre cianobacteria, para ello
desarrolla una estructura en forma de agalla donde se aloja este
segundo fotobionte.
También resulta de interés la
presencia de tomento (aspecto
afieltrado, pelosillo, del talo) o de
pruina (aspecto pulverulento,
ceniciento) en la cara superior del talo.
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