Líquenes de la Serranía de
Ronda.
Formas biologicas: tipos de talo.
(extractado
de Macrolíquenes de Castilla
La Mancha, ( Gregorio Aragón, Isabel
Martínez y Ana Rosa Burgaz) y de Líquenes epifíticos del hayedo de
Montejo de la Sierra en Madrid (Guillermo Amo de Paz y Ana Rosa
Burgaz) )
Una clasificación de tipo artificial
divide a los líquenes en función del aspecto que presenta su cuerpo
vegetativo o talo. Se trata de una primera aproximación útil a la hora
de identificar a estos organismos, pero que no responde a cuestiones de
parentesco evolutivo entre las especies. Desde un punto de vista
morfológico
los líquenes presentan seis tipos de talo:
- Líquenes
foliáceos.
Tienen el
talo como un lámina que crece paralela al sustrato quedando
parcialmente unida a él. Son fácilmente
separables del sustrato con una navaja sin que se rompa el talo. Se
unen a la
superficie donde crecen con rizinas, Parmelia,
Peltigera, o con
diferentes tomentos parecidos a pelos, Lobaria. En el caso de que se
adhieran únicamente por un punto (ombligo o disco de fijación, que deja
su depresión en la cara superior) reciben el nombre de umbilicados
(Lasallia, Umbilicaria, Dermatocarpon).
- Líquenes
crustáceos.
Están tan firmemente unidos al
sustrato que es imposible separarlos de él sin romper el soporte.
El aspecto del talo puede ser uniforme o bien puede estar fisurado,
recordando un puzzle de piezas más o menos poligonales y, en este caso,
se habla de talo con areolas.
Saxícolas son los que crecen en
las rocas o piedras; serán endolíticos si
lo hacen incrustándose en el interior de la roca, como en Verrucaria marmorea, y
si es sólo sobre la superficie de ella, epilíticos, como algunas
Lecanora o Caloplaca. De la
misma manera, se denominan epífitos
los que crezcan
sobre plantas leñosas; si lo hacen sobre la corteza los llamaremos
epifleódicos, Pertusaria, Bacidia,
y si penetran en le madera
endofleódicos, Arthonia.
- Líquenes escuamulosos.
Son talos
con forma de escamas independientes, como las tejas de nuestros tejados
de forma que la teja o
escuámula tiende a separase del sustrato al crecer los
márgenes hacia arriba ( por ejemplo en Fuscopannaria, Psora,
Toninia,
Catapyrenium).
- Líquenes fruticulosos.
Cuando el
talo tiene la forma de un pequeñísimo arbusto y sólo se adhieren al
substrato por un punto o pie, al que llamamos disco basal, de manera
que crecen separándose del sustrato. Pueden ser más o menos colgantes y
péndulos, como es el caso de Usnea,
o pueden mostrarse más o menos erectos como el caso de Evernia. Además, estos talos
pueden
tener sección circular, como Usnea,
o ser
planas, lacinias, como Ramalina.
En cuanto al tamaño, varían desde un pequeño
amasijo de arbustos, como en Cetraria,
o alcanzar hasta varios metros de longitud, como
en Usnea longissima (cosa que
no hemos visto por estas tierras).
-Líquenes
con talo compuesto.
Son
característicos de las Cladonia
donde el talo está compuesto por dos
formas distintas (de ahí que también este tipo de talo reciba la
denominación de dimórfico): un talo primario crustáceo, escuamuloso o
foliáceo, Cladonia foliacea,
y un talo secundario de aspecto fruticuloso, con
unas estructuras a modo de embudos o trompetas que se denominan escifos
o podecios.
-
Líquenes gelatinosos.
Suelen ser
negros, rígidos, frágiles y de aspecto foliáceo o fruticuloso en estado
seco pero que hidratados se hinchan
bastante y resultan blandos al tacto y de consistencia gelatinosa. El
fotobionte es una cianobacteria (ejemplo típico de líquen gelatinoso, Collema).
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