Pieris brassicae
Pieris brassicae, la "Mariposa
blanca de la col", es una de mariposas las
más fáciles y frecuentes de ver y de reconocer.
Como las otras
Pieris,
se trata de una mariposa de alas blancas (aunque las alas posteriores
pueden estar teñidas de
blanco-crema) a excepción de una extensa mancha negra en cada punta o
ápice de
las alas anteriores y de uno o dos puntos o lunares, negros, hacia el
interior de estas
mismas alas. La mancha negra del ápice se extiende de manera
característica hacia ambos lados de la punta de las alas ápice (hacia
margen y
costa) perfilando
una figura que recuerda un poco a un bumerang. Esta mancha de forma
tan llamativa la distingue de
Pieris rapae,
especie ciertamente similar.
La manchita, manchitas o lunares del interior de las alas nos dan una
importante información adicional sobre el ejemplar que estemos
observando ya que dos lunares nos indicarán una hembra y un lunar o
ninguno, nos indicarán un macho.
El reverso alar es predominantemente amarillento en las alas
posteriores y blanco en las anteriores, observándose al trasluz el
ápice negro y el lunar o lunares del anverso que antes hemos mencionado.
Se trata de una especie que puede presentar hasta tres o más
generaciones al año y,
además del dimorfismo sexual antes comentado, también pueden observarse
variaciones intergeneracionales.
Las orugas de la
Pieris brassicae
se desarrollan sobre especies de la familia de las crucíferas (también
la bibliografía menciona resedáceas y caparáceas, como la alcaparra,
Capparis spinosa). Es muy frecuente
que estas especies sean variedades
cultivadas (col, coliflor, brócoli...) y el desmedido apetito de estas
orugas hace que sean considerada una plaga para estos cultivos. Sin
embargo, también hay que mencionar que estas orugas son parasitadas con
relativa frecuencia por avispillas del género
Apanteles.
Las hembras de estas especies de avispas inyectan sus huevos sobre las
orugas de esta mariposa y las larvas de las avispillas devorarán desde
dentro, a la propia oruga. Cerca del final del proceso es habitual ver
orugas casi consumidas rodeadas de pequeños capullos sedosos
amarilllos, que no son más que las crisálidas de estas beneficiosas
avispas.
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